El hombre que vivía robándose trenes

18/11/2024 - 10:30:00 por Fabio Baccaglioni - 1025 - 3 - En Curiosidades

Darius McCollum es un tipo muy particular, está obsesionado con los medios de transporte, especialmente el metro de Nueva York y sus autobuses, y por ende está dispuesto a todo... a la hora de robarlos 😁

Y no robarlos para venderlos por ahí en el mercado negro, no, su intención es conducirlos y hacerse pasar por maquinista, VIVE EL SUEÑO DEL PIBE! El problema es que su obsesión lo llevó a la cárcel... un tercio de su vida!

McCollum siempre tuvo un gran interés en el sistema ferroviario y poco a poco fue imitando a los empleados de la MTA, la empresa que maneja el metro de Nueva York, la misma empresa lo rechazó en numerosas oportunidades cuando quiso entrar como empleado aun teniendo un conocimiento extremo y detallado de cada cosa de ese medio de transporte.

A muy temprana edad ya había memorizado toda la red de la ciudad y a los 11 fue apuñalado por un compañero de escuela con lo que se encerró más en los subtes neoyorkinos, faltaba a clases para tomar un tren de aquí a allá, los padres trataron de llevarlo al psiquiatra sin mucho éxito y, por lo visto, sin mucha dedicación a la salud de su hijo.

El primer arresto fue en 1980, a los 15 años, cuando condujo un tren de la línea de metro E durante seis paradas con pasajeros y todo.

Sus tropelías continuaron al punto que a mediados de los años 90 era normal encontrar su cara en distintos carteles dentro de los vagones para que la gente lo reportara, se fue transformando en un mito, una leyenda, pero más al estilo de Robin Hood porque no le hacía daño a nadie.

El público lo apreciaba porque cuando interpretaba su personaje de empleado de la MTA era amable y ayudaba a todos, aun así para el 2000 ya había sido encarcelado 19 veces y se había declarado culpable por la falsificación de identificación y documentos ya que se había puesto a supervisar trabajos y firmar como si fuere autoridad competente, le dieron dos años y medio.

En 2005 lo atraparon en una estación de Long Island con las llaves para una locomotora que le había dado otro conductor creyendo que era su reemplazo, se declaró culpable y le dieron otros tres años, salió al año de Sing Sing y volvió a entrar cuando lo encontraron en posesión de cosas de la MTA, no podía con su obsesión.

En 2008 otra vez fue preso, esta vez estaba en la zona de vías todo vestido como operario, casco, mameluco, guantes, logos de la MTA, otra falsificación perfecta o ya era que no le permitían ni vestirse parecido 😁 ese mismo año lo atraparon de nuevo en Penn Station haciéndose pasar por empleado y preguntándole cosas a los pasajeros.

Para 2010 lo arrestaron por 27ª oportunidad, esta vez había cambiado, el chofer de un bus en Hoboken dejó el coche encendido y la llave puesta y nuestro delirante héroe no tuvo mejor idea que manejarlo durante dos horas, del aeropuerto JFK a Queens, para este entonces ya había pasado 18 años en la cárcel, más de un tercio de su vida.

Luego de pasar tres años más adentro, terapia y control, cinco años después... se volvió a robar un bus, en este caso un clásico Greyhound  de la Port Autority de Manhattan, otras dos horas de paseo.

En 2018 definitivamente se cansaron de él y lo enviaron a una institución psiquiátrica, lamentablemente para él el juez lo consideró "peligrosamente enfermo" y lo envió a una de máxima seguridad donde todavía no lo dejan salir.

La gente lo considera mal juzgado, un autista Asperger sin diagnóstico, ni cuidado, un héroe popular y para nada peligroso, hasta la policía comentaba que era super amable y jamás generó un problema al ser arrestado, entendía todo y era super educado e inteligente.

Su abogado y familiares hasta sugirieron que debería ser contratado por la MTA así como en el pasado Frank Abagnale había sido contratado para detectar fraudes, pero no tuvo la misma suerte (saquen sus propias conclusiones del porqué 😋). En EEUU hace tiempo que el sistema judicial se desquita muy fuerte con este tipo de personas en vez de cuidarlas.