Estoy en Italia, y si bien no vi gente fumando en espacios cerrados, si vi mucha cantidad de gente fumando, mucho mas que en Argentina, algunos fuman al lado de sus hijos, estoy hace 5 meses, pero en algunos aspectos me da la sensacion que estan mas atrasados que nosotros.
Pase por la experiencia que comentas con el pucho.. en los cibers.. eso si que era intoxicacion, especialmente cuando era invierno y cerraban todo por el frio.. eso si, seguian fumando adentro.
Un detalle olvidado: el humo en todos lados y el lento declive del cigarrillo
Los más chicos seguramente no tengan idea lo que era estar en un ambiente atestado de humo, de que todo oliera a cigarrillo, absolutamente todo.
Paredes teñidas de amarillo, aulas de escuelas con una tenue nube, adultos que te hablaban desde su profundo aliento a Parissienes, el chofer del colectivo dándole a sus Particulares 30, el mundo, hasta no hace mucho, estaba lleno de humo de cigarrillo y con él se tapaban muchos otros olores que hoy se sienten en las ciudades.
El tabaco tuvo su pico fuerte en el siglo XX, accesible, barato, adictivo y con aditivos que lo volvían más adictivo y peligroso. Cual plaga se cargó a millones de personas enfermas de cáncer de pulmón, laringe, faringe, esófago y boca, y un día empezó su debacle y poco a poco lo fueron anulando.
No es que haya dejado de existir, pero si comparamos con lo que era en mi infancia (los 80s) está claro que el cambio fue radical, bestial, increíble y definitivo.
En los últimos años hubo una fortísima e implacable guerra contra los fumadores al punto que se transformó en condena pública y hoy el fumador de tabaco es un paria social en muchos ambientes. El que fuma se va a fuera.
Pero lo interesante, y de lo que quería comentar, es que en tan poco tiempo millones no han conocido el mundo aberrante de humo en el que los más viejitos nos criamos. Todo era humo.
El mundo cubierto de humo
En mi casa papá fumaba, llegó a fumarse hasta un atado por día en alguna época de mucho estrés, y no era el que más fumaba ni de los cigarrillos más negros, había gente que se intoxicaba con mucho, mucho más.
En casa ni mi hermano, ni mi mamá ni yo fumábamos, así que éramos los que lo volvíamos loco para que no nos fumara encima, él se quejaba, no lo dejábamos en paz decía, pero el olor de su cigarrillo post almuerzo lo tengo grabado en el recuerdo.
Salíamos de casa y el colectivero fumaba, hasta cuando empezaron las restricciones los colectiveros fueron de los últimos en sumarse, en cualquier medio de transporte el cigarrillo estaba presente, en el tren, hasta en el avión. Todavía hay alguna aerolínea de cabotaje reciclando las butacas de los años anteriores, tienen ceniceros en ellas, EN EL ASIENTO DEL AVIÓN.
Cuando era chico habían empezado a dividir entre la zona fumadores y la no-fumadores, la única separación era una pequeña cortina, el humo y el olor te llegaban igual, pero al menos no te lo tiraban en la cara.
En los restaurantes también había sector fumador, pero la nube invadía todo el lugar, hablo de lugares cerrados donde una tenue, pero resistente, nube hacía de filtro.
Este mismo filtro estaba en todos lados, si ibas a bailar no hacía falta una máquina generadora de humo para darle ese ambiente tan "cool", el humo lo generaba la gente. De hecho, hace poco me enteré que las típicas filmaciones y fotografías deportivas en lugares cerrados, como canchas de basket o peleas de box, tenían ese color azulado no por una diferencia de iluminación: era el humo.
En la facultad los profesores fumaban en el aula, en mi escuela la sala de profesores me remitía a una escena de Drácula, la nube ocultaba todo, la iluminación de una sola lámpara desde arriba daba la impresión de ser una sala de tortura de la Stasi, bueno, era la sala de profesores, sin humo también era la Stasi 😁
Mi viejo fumaba en el auto, el cenicero del auto estaba lleno de puchos, mi vieja lo puteaba cuando rebalsaba de colillas y recién ahí lo limpiaba, en casa teníamos ceniceros, en las fiestas se regalaban ceniceros, era un lindo presente, obviamente las casas de regalos tenían ceniceros. ¿En la clase de cerámica en la escuela? Ceniceros hacíamos, creo que era lo primero que aprendías a hacer.
Entrar a un bar era encontrarse con un grupo de viejos fumando los más oscuros cigarrillos del pasto más rancio, marcas inexistentes hoy en día, sus dientes estaban todos marrones, los dedos también. En el bar el cenicero era un triangulito de chapa con el logo de Cinzano.
El rector de mi colegio vivía fumando, cuando no lo hacía con su boca tenía el tic nervioso de seguir pitando el cigarro, murió de cáncer, como era de esperar.
El olor, todo tenía olor a cigarrillo, a ceniza, a tabaco, a mi me encantaba el olor del tabaco cuando se encendía por primera vez, antes de que se transformara en ceniza, un olor hermoso que duraba un instante, porque inmediatamente después era el aroma del infierno, el horror, la muerte, como estar en un campo de concentración.
Es que los "fumadores pasivos" éramos prisioneros, el hijo de puta que inventó ese eufemismo para decir que nos estábamos tragando toda la basura del suicida que no nos había pedido permiso para acompañarlo al cadalso.
El mundo de los olores
Cuando empezaron las restricciones los fumadores se opusieron, en algún punto hubo que obedecerlas y bares y restaurantes, edificios públicos, escuelas, hasta la sala de profesores, todo pasó a ser un lugar libre de humo.
Y al irse el humo, al no olerse más esa ceniza permanente, aparecieron los olores.
Esos olores estaban ahí, estuvieron siempre presentes, pero el cigarrillo tenía la increíble capacidad de ocultarlo todo.
Podías estar en la cama de un hotel en habitación fumador y no oler el cadáver que tenías debajo, ni que estuviese bien podrido, el pucho lo tapaba todo. Hasta teñía las paredes de marrón! (por el alquitrán que tiene).
De pronto la humanidad se encontró con una nueva realidad, el mundo olía feo porque lo habíamos dejado ensuciar al no darnos cuenta que todo eso otro que estaba, emanaba mucho olor.
Cualquier bar pasó de ser un lugar con olor a cigarrillo a oler a cerveza podrida y vómito rancio, la profesora que había dejado de fumar porque el médico le había dicho basta ahora olía a whisky, bueno, sí, muy sana no era, pobre Viola, profe de matemática, su combo era explosivo a las 9 de la mañana cuando se acercaba a explicar algo.
El otro día leía a uno contar que el subte de New York olía terriblemente a cigarrillo y ahora huele a meo, A MEO, eso era lo que ocultaba el pucho, la enorme cantidad de gente que mea en las estaciones.
Es que el hormigón absorbe todo, el meo queda impregnado, el cigarrillo también, una vez liberado del humo, es el reino del meo.
El smog, el olor a basura, todo lo malo emanó... pero también lo bueno.
Hoy ir a tomar un café te permite sentir el aroma del café, en vez del triangulito de chapa cargado a explotar de colillas que te tapa el cafecito, ahora el café podés sentirlo y te volvés exigente, querés un buen café, ya no ese ácido de batería que te servía el gallego que, como no era tano, no tenía puta idea de cómo hacer un café bueno y encima compraba del más barato.
Los olores volvieron, los habíamos anulado durante un par de siglos, el tabaco sigue siendo un negocio enorme aunque en occidente creamos que está muerto, no, para nada, en el mundo se producen 5.78 millones de toneladas métricas al año, China es el principal productor y consumidor, seguido de lejos por EEUU, Alemania, Indonesia, Reino Unido y Rusia.
Lo que recuperamos de olfato pocos lo reconocen, como que quedó en el olvido, hoy en una fiesta los fumadores se van a un balcón, se fuman uno o dos cigarrillos, no están como un escuerzo fumando un atado en la cara de los demás.
Aparecieron los pelotudos usando el "cigarrillo electrónico" para tratar de volver a transformarlo en algo cool, pero el vaping resulta ser tan perjudicial para la salud como cualquier cosa que metas en forma de vapor/humo en tus pulmones que nacieron para respirar, no para tragar humo.
Y si bien hay más olor a meo que antes😁 no se imaginan lo bien que nos hace oler todo eso que nos estábamos perdiendo.
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Comentarios
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En los aviones, decada del 80, si mirabas sobre las cabezas de la gente, veias un manto de humo cubriendo todo, obviamente yo alimentaba esa nube con medio atado de Marlboro durante el viaje.
Inconcebible hoy en dia, pero doy fe que ocurrio. Incluso hay publicidades donde los medicos recomendaban tal o cual marca.
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Fume desde los 16 mas o menos, hasta los 34...y lo deje de un día para el otro, hace ya 14 años, para no volver nunca mas (gracias gripe fuerte!). Hoy en día no hay nadie mas hincha pelota que yo con el humo...lo odio...debería estar prohibido fumar en todos lados...espacios abiertos, la calle, todo! es increíble que hoy...después de una pandemia en la que problemas respiratorios te mataban, la gente siga fumando...
PD.: Recuerdo haber volado en los DC-9 Super 80 de Austral llenos de humo en el fondo!
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También es algo que se nota el contraste cuando ves películas setenteras y ochenteras donde ves que los personajes se la pasan fumando en la cara de otros en todos lados, personajes que fuman toda la película, el cigarrillo es parte del personaje, de la personalidad.
Acá en Colombia también tuvimos nuestra batalla contra los fumadores más bien atrasada, la regulación empezó a salir recién en 2009.
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Recuerdo los vagones de tren, donde había algunos donde era permitido fumar y otros no, la experiencia de un no fumador como yo, tener que pasar por todo el vagón fumador, casi sin poder respirar del olor a humo, hasta que se termine y encontrar el siguiente vagón en donde se podía respirar.
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No sabes lo total y completamente de acuerdo que estoy con esta entrada.
Siempre fui un luchador contra el cigarrillo, antes de leer las Lupin y ver que había activistas anti-tabaco, yo ya lo odiaba... cuando mi abuelo fumaba, cuando en una reunión grande los adultos se hacían los cancheros fumando un puro (dios, que horrible el olor), después cuando todos mis primos y muchos de mis compañeros todos empezaron a fumar.
Siempre, siempre odié el tabaco.
El final de los fumadores en lugares públicos para mi fue una bendición, ahora cuando MUY ocasionalmente tengo que compartir mesa con un fumador me resulta totalmente chocante y desubicado.
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El olor, todo tenía olor a cigarrillo, a ceniza, a tabaco, a mi me encantaba el olor del tabaco cuando se encendía por primera vez
Es cierto esto.
Yo no soy fumador y les decía a los que fumaban que el olor de la primer pitada era distinta y me decian que ellos no sentían nada, que eran todas iguales.
Siempre pensé que en la punta le ponian algo, como para hacerlo mas adictivo!!
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Uf, has revuelto una memoria entre el asco y la nostalgia.
Creo que nos fuimos dando cuenta de cuán presente era el cigarrillo cuando se empezaron a extender las zonas libres de humo. Porque antes del "sector fumadores" hubo un "sector no fumadores", usualmente un rincón apartado con mejor ventilación. Segunda clase de los aviones estaba dividido en fumador/no fumador mientras que tercera era smog londinense.
Me había olvidado de los ceniceros de Cinzano. Hace unos años mi madre juntó todos los ceniceros que había en la casa. Los de cobre los hice lámparas "vintage" y un par de los de acero les saqué los apoyacigarrillos y se convirtieron en platos para velas.
Va una analogía curiosa. Cuando pavimentan una calle o un camino, en seguida se nota un cambio en la vegetación. Todo es más verde y colorido porque el polvo que levantan los autos cubre TODO de gris y no te das cuenta hasta que eso se limpia. Lo mismo con el cigarrillo cuando recordás que todo era color sepia: cortinas, sábanas, manteles, empapelado. Por algo en los 70s los colores de moda fueron el ambar y el naranja.
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Lo que me quedó mas marcado de esa época es hacer mantenimiento en PCs de gente que fumaba mucho. La capa de alquitrán en los coolers y en todo el interior del equipo te hacía pensar en como estaban los pulmones de esa gente...
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Muchos jóvenes de hoy no lo vivieron y dudo que puedan entenderlo. En el aula magna de la facu de Ingeniería en primer año, en física I (materia compartida por todas las ingenierías) no entraba un alma, y la mayoría fumaba ahi adentro. Nadie se lo cuestionaba. Salía ahumado y asqueado.
En mi primer viaje a Las Vegas encontré un casino chiquito en el centro, el Four Queens, que en esa época era el único que prohibía el cigarrillo adentro, y era un placer poder ver y respirar normalmente mientras jugaba black jack, cosa que en los otros era imposible.
Ni hablar el avión, a quien se le ocurrió que estaba bien fumar en una lata cerrada y presurizada que flota en el aire??
Por suerte cambió, en parte. Hoy es normal sentír olor a marihuana caminando por la calle, cosa que tampoco debería ser natural. -
Me sumo a lo de la marihuana, hace falta una nueva etiqueta social por ese lado. Nos sacamos de encima el tabaco (más allá de que me gusta cada tanto un habanito o una pipa) y ahora estás por ejemplo en el gimnasio y cae uno con la ropa percudida de marihuana (si es que no se fumó uno antes de ir). No da, chabón!
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Como no fumador, detesto el olor a cigarrillos. Recuerdo cuando no existía restricciones, el olor a cigarrillos que te quedaba en la ropa cuando ibas a un bar o un boliche era insoportable.
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que recuerdos de mierda
mi primer trabajo había unos que fumaban como esfuerzo, uno tras otro sin descanso. era llegar a casa y poner todo a lavar del olor que me quedaba impregnado.
desde esa vez comenzó mi odio a los fumarolas
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"En el bar el cenicero era un triangulito de chapa con el logo de Cinzano." Ooof, se me cayeron todas las sotas! (no fumo, pero mi viejo le da a 2 atados de Marlboro creo, pero antes eran Parissienes). Dios... todo tiempo pasado fue mejor (?)
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No entiendo porque en los aviones aun hay ceniceros en los baños, bloqueados.
Y otra cosa, vivo en Paris desde hace 7 años. Los franceses AMAN fumar, las minas mucho mas. Es un asco todo. Te sentas a comer o a tomar una birra y ahi estan todos cual chimenea.
Con el pendejo, desde bebe, cada vez que buscabamos donde sentarnos teniamos que hacer un estudio del viento para que no nos apeste. Eso si, bien a lo frances, ninguno iba a apagar su pucho porque habia un bebe cerca.
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No extraño NADA tener que bañarme en lavandina básicamente cada vez que volvía de joda... y la ropa, por más que hayas estado 15 minutos, derecho al lavarropas.
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Veo que se me adelantaron al comentario de los Cybers, a mi particularmente entrar a un lugar con alfombra y olor a pucho si bien me parece horrible, me trae esa nostalgia del cyber que iba. Ya no quedaban muchos lugares al comienzo del siglo que tuviera ese olor, al menos que recuerde.
El otro dia fui a un Bingo en provincia, de curioso. Ambiente depresivo mal, toda gente vieja y fumando jaja, hacia 20 años no entraba en un lugar así con olor a pucho, imagino lo dejan pasar. Estuve 20 minutos, gané unos pesitos y me fui. Todos los peores vicios se encontraban ahí.
Me pasó cuando estuve en Madrid o Londres, el olor a limpio que estaba en el aire. Y me di cuenta, no solo había autos electricos sino muy pocos autos. El ruido y el olor de esas ciudades me parecia increible. Ni bien te acercabas a una avenida o calle donde circulaban autos, ya se sentia el ruido. Y el olor acá (BA) es increible, se nota mucho los domingos de invierno que no circula nadie como mejora la calidad del aire
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Mi viejo también fumaba mucho aunque ninguno de los tres hermanos salimos fumadores. Al final el tabaco lo reventó de tal manera que no pudieron operarlo porque tenía las arterias tan dañadas que no aguantaría. Y si, los no fumadores aguantamos muchos años de sufrimiento. El olor a tabaco se te impregnaba en la ropa, el pelo y hasta en piel. Recuerdo cuando empezó la prohibición de fumar en lugares cerrados se quejaban que la gente dejaría de ir a bares y restaurantes, nada de eso ocurrió. Las empresas tabacaleras son la peor basura del mundo. Miren la publicidad argentina en youtube relacionando el cigarrillo con el deporte, el exito con las mujeres y la buena vida. Lo que molesta ahora, por lo menos a mi, son las mesas en las veredas de bares y restaurantes que hacen un cerramiento por el frio y se permite fumar. Y en verano, cuando sacan los cerramientos es igual , si te sentás afuera y tenés la mala suerte de tener cerca una mesa donde se fuma te tenés que tragar el humo mientras comés o tomás un café.
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Hace unos días le leí entera esta entrada a mi hija de 10 años, para que sepa que esto que ella ve como "la normalidad" de espacios sin humo, no lo era hace bien poco.