los 'filosofos politicos' son una cosa, la gente es otra.
Pólvora en chimangos
”Sólo hay una forma conocida de disminuir el riesgo. Sin embargo, no siempre puede hacerse por medios legales; supone que hay personas inocentes que sufran restricciones e incluso sean detenidas. No es fascismo ni dictadura, pero es desagradable e injusto y de ahí las protestas contra el recorte de nuestras libertades. Uno de los filósofos asistentes al congreso de Potsdam escribió que Estados Unidos era capaz de sobrevivir a un atentado ocasional de la escala del 11-S y que no había necesidad alguna de reaccionar de modo excesivo... y quizá tuviera razón.”
Es un fragmento de lo que leí en el Clarín del sábado y no quería dejar pasar las impresiones que me causó la nota completa.
Empecé a leerla y a medida que iba avanzando pensé que me estaba perdiendo la sutileza, la ironía. Pero luego me fui convenciendo de que lo que planteaba era efectivamente lo que estaba leyendo. Confirmé mis “sospechas” cuando llegué al nombre del autor de la columna.
TERRORISMO EN ESPAÑA: COSTOS DE UN ESCENARIO QUE SE TORNA CADA VEZ MAS PELIGROSO
El mundo enfrenta el amanecer de la era del megaterrorismo
Lo sucedido ayer por la mañana en Madrid constituye el ataque terrorista más sangriento en Europa. Sin embargo, es probable que sólo se trate de un anticipo de lo que está por venir, el amanecer de la era del megaterrorismo. Esto no significa que semejantes atentados (u otros aún más destructivos) vayan a producirse todas las semanas en cualquier parte del mundo; pero sí significa que por primera vez en la historia de la humanidad un número muy reducido de personas dispone de un enorme poder destructivo y es capaz de infligir daños sin precedentes. Y, precisamente porque son muy pocos, resulta difícil impedir que cometan atentados.
Por doloroso y por grande que sea el pesar, la vida continúa en España y no habrá cambios profundos en la sociedad y la política españolas. Ahora bien, imaginemos que los terroristas no hubieran utilizado armas "antiguas", sino material nuclear sucio o armas químicas o biológicas (y que vayan a utilizarlas es sólo una cuestión de tiempo). Imaginemos que el atentado no hubiera ocurrido en Europa, sino en la India o Pakistán, o en Israel o Palestina, muy posiblemente habría desencadenado una guerra en toda regla.
Mientras en los últimos años quienes intentan comprender el terrorismo y enfrentarse a él se han vuelto cada vez más pesimistas acerca del futuro, en la opinión pública ha crecido la impresión de que el peligro del terrorismo se había exagerado, que los gobiernos han reaccionado de modo excesivo y que quizá no valga la pena gastar mucho dinero y grandes esfuerzos en combatir el terrorismo.
La semana pasada se celebró en Potsdam un congreso de filósofos políticos; y la gran mayoría llegó a la conclusión de que el verdadero peligro no era el terrorismo, sino la guerra contra el terrorismo. Porque, como dijo un escritor sudafricano, ¿quién sabe qué es terrorismo? ¿No es cierto que en Sudáfrica, bajo el anterior régimen, solían llamar terroristas a los comunistas? Claro que es cierto, pero qué irrelevante es eso en relación a la actual situación... ¿Y no es cierto que con el pretexto de luchar contra el terrorismo, el gobierno de Bush está ejerciendo una opresión casi fascista en EE.UU.? ¿No es esto mucho más peligroso?
Estas opiniones no sólo son compartidas por filósofos y teólogos, sino que se han generalizado. Y es que quienes intentan luchar contra el terrorismo no disponen de armas mágicas. Las fuerzas de seguridad estadounidenses y europeas han tenido bastante éxito en el último año desarticulando células terroristas y frustrando atentados. De todos modos, el que hoy trabajen 180.000 personas en la Oficina de Seguridad Nacional estadounidense no es garantía de que puedan impedirse atentados. Hoy se reciben en Washington cantidades ingentes de datos de inteligencia, pero es precisamente ese enorme volumen el que hace que las informaciones sean difíciles de analizar y utilizar.
Sólo hay una forma conocida de disminuir el riesgo. Sin embargo, no siempre puede hacerse por medios legales; supone que hay personas inocentes que sufran restricciones e incluso sean detenidas. No es fascismo ni dictadura, pero es desagradable e injusto y de ahí las protestas contra el recorte de nuestras libertades. Uno de los filósofos asistentes al congreso de Potsdam escribió que Estados Unidos era capaz de sobrevivir a un atentado ocasional de la escala del 11-S y que no había necesidad alguna de reaccionar de modo excesivo... y quizá tuviera razón.
Imaginemos que los atentados futuros se lleven a cabo con otras armas más mortales, ¿sería eso siendo cierto? Claro que no. Se produciría una abrumadora presión pública en favor de medidas aún más duras.
Esta es la situación, la creciente discrepancia entre los miedos de los expertos en terrorismo de los gobiernos y la ceguera y falso optimismo de los defensores de los derechos humanos que se quejan de abusos.
No existe ninguna panacea, ningún fármaco milagroso que resuelva el problema. Sólo el tiempo ayudará a resolverlo. No pueden ni deben imponerse nuevas restricciones a la libertad individual y a la democracia a menos que exista un abrumador apoyo público. Si no se producen nuevos atentados importantes en los próximos meses o años, ¿por qué adoptar medidas de emergencia que no son realmente necesarias? Sin embargo, si tales atentados se producen, la presión en favor de medidas severas para limitar nuestras libertades tradicionales aumentará de tal modo que ningún gobierno será capaz de oponerse a ella.
Walter Laqueur. HISTORIADOR, DIRECTOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES Y ESTRATEGICOS DE WASHINGTON .
Saben que desconfío de lo políticamente correcto, pero tampoco me parece coherente que la única solución al problema del terrorismo sea quemar miles de millones de dólares en agencias de seguridad (¿acaso fueron esas agencias las que acabaron con la Guerra Fría?). En este caso, más que nunca, la solución pasa por plantearse cómo podemos vivir en un mundo que supuestamente es civilizado (¡El futurista siglo XXI, señores!) en que mucha gente ve normal inmolarse por ideales que al fin y al cabo son movidos por intereses de lo más capitalistas.
Obviamente no cuestiono los métodos técnicos de lucha y prevención contra el terrorismo (porque no se nada del tema), pero creo que es de sentido común pensar que con la fuerza bruta no alcanza para atacar un dilema moral, ético e histórico.
Siguiendo el tono de la nota, sólo les faltó proponer una sociedad al estilo de 1984 con control absoluto y de ser posible un servicio militar obligatorio desde los 5 años de edad para tener una población apta para resistir ataques de desquiciados. Ese sería un mundo seguro, un mundo feliz.
El autor de esta nota dice que sólo el apoyo abrumador de la gente podría favorecer un esquema de “seguridad” así. Por suerte, en España la gente le dio su apoyo abrumador a la idea contraria.
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Comentarios
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Vos mismo lo dijiste, Cattel, el que firma es un típico asesorete. Lo que él dice no está del todo errado. Sus métodos son bastante eficaces, pero ... ¿para qué o para quién?. Por ejemplo, en nuestro país tenemos una amplia experiencia con un muy buen resultado: Unos 30 años después el grupete más rico del país se lleva más de la mitad de todo lo que se produce, tenemos el 15% de desempleo, los que están empleados cobran en promedio un 25% por debajo de la canasta básica, por eso la mitad del país es pobre y un cuarto indigente.... y, lo mejor de todo: a nadie se le pasa por la cabeza que eso pudiera cambiar, para eso sí fue un método eficiente, estamos todos re-pacificados (Habrá que ver hasta cuando, je), tenemos un mundo feliz salvo por algunos desubicados que cortan calles y esas pavadas.
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Edwin, en este caso creo que los filósofos políticos dicen lo mismo que yo, el sentido común más allá de la rección destemplada y la venganza ciega.
Tras el 9/11 los yanquis tuvieron oportunidad de torcer la historia, pero decidieron hacer lo que esperaban los terroristas: embarcarse en una Cruzada ridícula.
Se me ocurría que en lo de España era más fácil decir que fue la ETA y de paso hacer una caza étnica de vascos para asegurarse que no quede ni uno solo (en ciertos países esto se sigue haciendo). Ahora, lamentablemente para "las fuerzas de seguridad", habría que liquidar a 1.500 millones de musulmanes, no hay presupuesto que aguante (salvo que consigan sponsors).
MaxD, tal cual, muy buen ejemplo local. A nivel mundial los desubicados vuelan edificios y trenes. Pero parece que nadie nota la cadena completa, se concentran en el efecto solamente, en las consecuencias.
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Hola! Lo que quise decir que con los filosofos politicos y la gente comun es que no siemrpe van en la misma direccion, muchas veces el pensamiento politico suele diferir de las necesidades del comun de los mortales. Considero que cuando en plitica se utilice el sentido comun -que esta expresado en la nota original- la cosa se simplificaria muchisimo.
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hola señores, esta presente es para aconsejarles que cuando uno escriba de un determinado indole, de este apareciese la pagina con el tema correspondiente, pero no esa escritura extremadamente larga que primero uno se cansa de leer que encontrar lo que busca, por ejemplo yo, necesito en una hisstoria de la filosofia los filosofos de sentido comun y que pensaban de este(sentido comun). muchas gracias por estar atentos a los descontentos de las personas, y hallan creado esta via de poder hacerles saber lo faltante en su pagina para que la corrigiecen.