La batalla más ridícula del Atlántico

11/04/2023 - 10:30:00 por Fabio Baccaglioni - 2523 - 11 - En Historia

La batalla del Atlántico es considerada una de las más largas batallas de la historia, duró desde 1939 hasta el fin de la guerra y tuvo en su larga cuenta muchos enfrentamientos.

Esta es la historia del USS Buckley, un pequeño destructor escolta, el submarino alemán U-66 y cómo se desarrolló la más ridícula de todas las batallas con un final feliz para el Buckley.

Para 1943 la guerra marítima cambiaba a favor de los aliados luego de una etapa casi monopólica de la Kriegsmarine. 

A partir de allí ser submarinista alemán era la profesión más peligrosa de todas, para el final de la guerra el 75% de los submarinistas había muerto.

El pequeño USS Buckley era parte del Task Group 21.11 en 1944 cerca de Cabo Verde cuando un radar detectó un posible contacto y el buque fue enviado a investigar.

Era una noche agradable y tranquila del 5 al 6 de Mayo, el U-66 trataba de repostar, llevaban en altamar desde Enero y era la novena patrulla del capitán Gerhard Seehausen. Prácticamente no tenían combustible y sus provisiones no alcanzaban para retornar a casa, justo cuando el Buckley empezó a cazarlos.

Un avión radar detectó al U-66 a apenas 20 millas náuticas del destructor, el capitán del buque, el teniente comandante Brent Abel, ordenó enfilar a máxima velocidad hacia el objetivo.

A una velocidad de 23 nudos, durante 45 minutos, el Buckley se acercaba lo más rápido e imprudente que podía, el avión que había detectado al submarino lo sobrevolaba indicándole la posición todo el tiempo.

El U-66 estaba a flote recargando baterías y buscando al barco de suministros, para las 0246 el Buckley detectó en el radar al submarino a unas siete millas de su posición.

Abel ordenó lanzar una boya acústica para entorpecer cualquier torpedo alemán y se contuvo sin disparar para que la tripulación del submarino lo confundiera con el barco de suministros mientras se acercaba. 

A unos 3600 metros los tripulantes del U-66 se dieron cuenta que el barco que se acercaba no era lo que creían ¡Era el enemigo!

La batalla

El Buckey viró bruscamente, un torpedo pasó a estribor, giró nuevamente y puso al submarino entre su proa y la luna. Con las armas cargadas se acercaba rápidamente a la distancia óptima para dispararlas.

Los alemanes dispararon primero con sus ametralladoras montadas en la cubierta del U-66, a las 0320 el comandante Abel dio la orden de disparo y los primeros disparos de tres pulgadas dieron con la torre del submarino.

Los americanos abrieron fuego con todo lo que tenían, no sólo el cañón de 3", los antiaéreos de 40mm Bofors, los Oerlikon de 20mm, cuatro minutos de una lluvia incesante de plomo sobre el golpeado submarino.

Luego un corto alto al fuego para ajustar curso y recargar, el submarino cambiaba de dirección y volvieron a disparar, esta vez a 1300 metros solamente.

El U-66 ya no devolvía los disparos, trataba de cambiar de dirección para escapar del Buckley. La torre del submarino estaba en llamas, el cañón de 3" seguía acertando tiro tras tiro aun con las maniobras evasivas, cada vez más cerca, 1000 metros, 500 metros, 10 metros.

El piloto del Avenger que era testigo de la batalla seguía en el aire y le iba haciendo un recuento al resto de la flota

“Buckley has opened fire—sub is returning fire. Boy! I have never before seen such concentration! Buckley is cutting hell out of the conning tower!”

A las 0329 el comandante Abel cambió la estrategia a una maniobra asesina: enfiló hacia el submarino para atropellarlo. Esta estrategia era muy útil para partir al medio submarinos, usualmente funcionaba de maravilla aunque tenía riesgos como el de quedar atascado en el submarino, pero no había forma de sobrevivir a semejante ataque.

Efectivamente el Buckley arrasó con el U-66 pero... se quedó atascado, al mismo tiempo que todo esto sucedía el capitán del submarino había dado la orden de abandonar la nave.

Al encontrarse pegados uno al otro algunos alemanes se rindieron, otros tenían armas, desde el Buckley abieron fuego y lo que siguió fue una batalla campal en altamar típica de una película de piratas.

El tema es que ni unos ni otros tenían armas para una lucha cuerpo a cuerpo y a esa distancia el cañón de 3" mataría a los propios, las armas utilizadas fueron desde los puños hasta las municiones gastadas de 3" pasando por jarras de café.

Del lado del Buckley hubo un herido, el puño del primer golpe dado que terminó con dedos rotos cuando un alemán se subió al barco, uno utilizó una jarra de café para expulsar a otro submarinista y las tazas de café fueron a dar contra ellos también.

La batalla hombre a hombre duró sólo un minuto ya que el capitán ordenó la marcha atrás, esto abriría el casco del submarino hundiéndolo (la idea de chocarlo era buscar esto).

Cinco alemanes se rindieron, un artillero los llevó adentro con un martillo como arma amenazante, el U-66 empezó a "escaparse" pero en realidad estaba a la deriva con el motor encendido, en una maniobra hasta abrió un boquete en el casco del Buckley al chocarlo con su hélice.

Al estar lado a lado un marino lanzó una granada por la torre del submarino que se alejaba lentamente, algunos alemanes se rindieron mientras el pobre U-66 se hundía lentamente. Su capitán seguía dentro, el cañón de 3" lo impactó tres veces más, se hundio lentamente en llamas.

Final

La batalla había durado 16 minutos, el Buckley siguió en la zona tres horas más levantando sobrevivientes, 24 alemanes murieron y 36 fueron capturados.

Habían utilizado 105 municiones de 3", 2700 de 20mm, 418 de 40mm, algunas pistolas .45 y rifles .30, una escopeta, 390 municiones, tazas varias y la jarra de café.

En la batalla del Atlántico 718 submarinos alemanes fueron hundidos por los aliados, entre 25.000 y 30.000 marinos muertos en el fondo del mar. La flota alemana de submarinos había logrado hundir 2700 buques mercantes con más de 130.000 marineros aliados muertos. El U-66 era responsable de 33 de esos barcos cargueros hundidos.

Fuentes 1,2,3,4,5