La ametralladora de noticias boludas y la estrategia de la indignación

Que el presidente miente, niega, se desdice, culpa a su mujer, luego hace mea culpa, pero no mea culpa, sino que culpa al resto y no se hace cargo, y después relativiza el delito. Que uno pega afiches acá, que el otro habla de garchar, que un ministerio inservible denuncia un dibujo animado y así.
En Argentina nadie puede aburrirse, es cierto, pero este colapso nervioso provocado por el exceso de noticias forras, dichos mal intencionados, provocadores, irrespetuosos e inmorales ¿Es una estrategia? Porque con las elecciones tan cerca uno puede imaginarse cualquier escenario...
Todos los días nos podemos escandalizar de algo, estamos ante un juego de "Elige tu propio escarnio" que por más mínimo que sea es suficiente para reaccionar y elevarlo a la enésima potencia de la falsa importancia.
Si no está sucediendo nada aparece alguno a, aparentemente, darse un disparo en el pie para llamar la atención: una declaración incendiaria, un acto de imprudencia, una provocación.
Ante la provocación la inevitable reacción y ante la reacción una nueva provocación para forzar a que la masa se focalice en ello.
Ejemplo, una profesora ultra kirchnerista increpa a un alumno que le hace las preguntas justas, en vez de responder le grita, lo quier adoctrinar, lo amenaza con que ya desaprobó la materia por no estar alineado a su secta delirante.
Esto obviamente generó una reacción casi como por segunda ley de Newton pero, lo que una sociedad decente jamás espera, son los justificadores que automáticamente comienzan a probar hasta donde pueden estirar la defensa sin argumentos.
Para cuando ésto empezaba a calmarse no faltó quien apuntó sus armas fascistas de persecución al joven que había inmortalizado el momento con un celular. Él era el enemigo, el macrista que la hizo quedar mal a la pobre profesora, cacemos al botón, expongámoslo, total es un chico y como mucho se suicida por el Bullying. Esto provocó otra catarata de reacciones más que esperables.
Al día siguiente el presidente de la nación, el remisero que tenemos en el sillón de Rivadavia, apoya públicamente a la profesora nazi.
Ante este tipo de escenarios me pregunto ¿Es intencional?
Con tantos otros problemas relevantes y más complicados que una vieja forra que le grita a sus alumnos realzar estos casos y ponerlos en primera plana ¿los tapa?
No hace falta volver a mencionar ni explicar lo fácil que es digitar la opinión pública seteando la agenda diaria pero los últimos tiempos han acelerado con la agenda de la indignación.
Es que la indignación funciona pero, ojo, es un arma de doble filo. De tanta indignación en EEUU votaron a Trump y en Brasil a Bolsonaro, de tanta indignación los británicos votaron el Brexit sin saber qué coño era o los húngaros y polacos se estan cargando sus propios derechos porque alguien, siempre hay alguien, les dice lo que quieren oír a los indignados.
Podrán estar buscando como fin último el evadir la responsabilidad de 110.000 muertos pero, en el proceso ¿qué más están rifando?
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