Ley de Goodhart: Cuando una medida se convierte en el objetivo

Los economistas suelen crear "leyes" o "máximas" que no son leyes sino diría propuestas que hacen sobre ciertos temas. Una de ellas, sugerida por el profesor Charles Goodhart de la London School of Economics propone lo siguiente:
Cuando un indicador socioeconómico se convierte en el objetivo de políticas socioeconómicas pierde el contenido informativo que podría tener.
Es decir, si apuntás todos los cañones al indicador (y no al problema), el indicador pierde sentido, ya no sirve para medir eso que estabas midiendo.
La idea de Goodhart proviene de 1975 cuando el gobierno británico de Margaret Tatcher intentaba dirigir la política monetaria sobre la base de los objetivos de la masa monetaria.
Otros ya habían propuesto ideas similares así que la idea de Goodhart también se conoce como la Ley de Campbell o la Crítica de Lucas.
Lo interesante es que dicha "ley" es aplicable a muchos contextos que van más allá de las respuestas de un mercado.
En 1997 la antropóloga Marilyn Strathern extendió su uso simplificándola así:
"When a measure becomes a target, it ceases to be a good measure"
"Cuando una medida se convierte en objetivo, deja de ser una buena medida"
Esto puede darse, por ejemplo, cuando alguien trata de adelantarse al resultado de una medida realizando acciones antes de que ésta logre algún efecto.
La ley de Campbell reza lo siguiente:
"The more any quantitative social indicator is used for social decision-making, the more subject it will be to corruption pressures and the more apt it will be to distort and corrupt the social processes it is intended to monitor."
"Cuanto más se utilice un indicador social cuantitativo para la toma de decisiones sociales, más sujeto estará a las presiones de la corrupción y más apto será para distorsionar y corromper los procesos sociales que se pretende monitorear."
Un ejemplo claro de esto fue el infame índice Big Mac. Cuando el gobierno kirchnerista estaba en plena destrucción de las estadísticas públicas tenía que hacer algo con este índice.
El mismo es confeccionado por The Economist para tratar de encontrar una paridad entre la moneda y la capacidad de compra real.
Funcionaba hasta que... claro, llegó la presión a MacDonald's y ahí dejó de servir para medir absolutamente nada, al menos en el caso particular de Argentina.
Esto fue corroborado por The Economist y, al menos durante la presidencia de Cristina Fernández, el índice estuvo un poquito dibujado (por ser generosos) con el nefasto Guillermo Moreno haciendo la gran Dalí con las estadísticas y arruinando una de las herramientas más importantes para implementar políticas públicas: el INDEC.
La publicación a veces a tratado de usar otros productos "universales" para tratar de establecer un índice, incluyendo un vaso de agua sucia mal llamada café de Starbucks, pero la idea es básicamente la misma y la realidad también: no en todos lados tenés uno así como no hay un Mac en todo el mundo.
Pero la idea del índice era fácil de fraguar porque sólo funciona en un mundo idealizado donde los gobiernos no se meten con el precio de los privados. Je, Je, Je.
Lo interesante de la "ley" (comillas porque ni es una ley, es apenas una idea) es que algunos consideran la existencia de la inversa ley de Goodhart que es básicamente cuando un gobierno es tan poco creíble.
Esto, al parecer, provoca un efecto contrario: el índice que se utilizaba para medir vuelve a ser creíble porque el gobierno que toma las medidas no lo es. A tomar con pinzas porque toda la teoría económica suele ser un gran bolazo
Suelo ser bastante escéptico de las "leyes" de los economistas porque suelen ser hipótesis tiradas al a ire a ver si le pegan a algo, pero usualmente contienen observaciones muy claras de cosas que suceden, son más que nada teorías sociales que económicas porque, claro, la economía tiene mucho de social.
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