Rehenes de la geopolítica oxidada

Creo que una de las causas más infames de nuestra realidad pandémica local es la asociada a la antigua geopolítica presuntamente extinta en los 90s.
Combinado con la peor gestión posible, la corrupción e inmoralidad del robo de vacunas, los VIP y todo eso, el mayor problema no parece ser eso sino... la negociación con los proveedores de vacunas.
Pero ¿Qué es lo que lleva a un necio gobernante a escaparle a la solución de los problemas?
Tenemos, por ejemplo, el caso Pfizer. Fracasadas las negociaciones que jamás se blanquearon empezaron rápidamente a argumentar que la empresa había exigido más de la cuenta. ¿Coimas? ¿Pagos por debajo de la mesa? No, argumentaron, con extrema y ridícula falsedad, que querían... glaciares!
Sí, suena estúpido porque lo es, especialmente para una empresa que no tiene mucho uso para unos glaciares que han perdido tamaño (y lo siguen perdiendo a ritmo acelerado) y quedan muy lejos como para sacarle partido. Pero obviamente eso nos dejó sin vacunas de la mejor calidad.
Teníamos una oferta ahí, lista para aprovechar, pero mejor no. Mejor ir con la que no tenía un sólo paper a favor, la que sembraba sospechas sobre su proceso de testeo y que, al final de cuentas, fuimos nosotros los que le brindamos el cuerpo como conejillos de indias. La Sputnik V.
Aquí se empezaba a vislumbrar el juego de Cristina Fernández de Kirchner, la verdadera presidente del país que, en los papeles, gobierna Alberto Fernández pero que, nadie duda, es apenas un títere en el cargo.
¿Por qué ese afán pro ruso? Bueno, Rusia, especialmente Vladimir Putin, tiene un cierto apego por las dictaduras, los dictadores y todo aquél gobernante autoritario que le permita extender su área de influencia.
El área de influencia Rusa desapareció luego de la caída de la Unión Soviética que, si bien en su constitución aparentaba ser la unión de repúblicas socialistas independientes, eran todas apéndices dependientes de Rusia. Con la desintregración de la URSS comenzó la vida de la CIS, la Commonwealth de estados independientes donde trató de mantener cierto control sobre algunas de estas repúblicas ahora "independientes".
La geopolítica fue la base de la Guerra Fría, perder eso era también perder la capacidad de debilitar a rivales a la distancia. Ya no tener la influencia de una Cuba o Vietnam era un problema pero Putin encontró, en las viejas glorias, una forma de reconquistar el mundo.
China eligió su propio camino: el dinero. Tiene a media África de los testículos habiéndole prestado dinero a casi todo país para obras gigantes que, obviamente, éstos no iban a saber administrar. Su capacidad industrial y exportadora es inigualable y muchos países dependen de ella.
Putin quería algo de todo eso y empezó con las armas, la tarea más sencilla, la gran mayoría del tercer mundo todavía dependía de las armas de la ex URSS que Rusia podía proveer. No sólo con remanentes, sino que le sirvió para reactivar su economía al reiniciar la producción y actualizar viejo equipamiento.
Pero eso no alcanza, así que empezó a intervenir, con bastante éxito, en otros conflictos como el de Siria. Allí, gracias a Donald Trump, logró hacerse de un buen lugar, mediar con Turquía, ponerse en el bolsillo dictadores, negociar con Irán. Mejor no le pudo salir realmente.
EEUU, e insisto gracias a Trump, fue cediendo espacio en la política exterior que fue bien aprovechado por Putin (por eso se sigue hablando del acuerdo entre ambos para facilitarle la llegada a la Casa Blanca a uno y apoderarse de Oriente Medio el otro).
Pero fue la pandemia de COVID la que le otorgó otra herramienta a Rusia: repartir vacunas a esos estados que necesitan de Putin.
¿Qué necesitan de él? Protección.
En Venezuela es Maduro quien necesita de un protector, un padrino que le permita existir y no ser derrocado ni por su pueblo ni por nadie apoyado por los EEUU ni la OEA ni la ONU. No importa si el tipo es el más corrupto y viola todas las leyes posibles, Putin lo apoyará porque eso le permite meterle un problema en el famoso jardín trasero de los EEUU y, además, es bastante barato. Sólo amenaza con ayudarlo y ya no pasa nada. Maduro se encarga de vender drogas y sobrevivir hambreando Venezuela.
CFK tiene su propia historia de amor con Putin desde su presidencia. Al tener tan mala imagen desde EEUU y Europa le conviene tenerlo de protector también. Su impunidad ante todo y eso es algo que en occidente es difícil de sostener cuando se roba mucho dinero. Pero Putin no tiene problema con eso, tampoco Irán o los países del Golfo Pérsico, es allí donde necesita aliados.
La elección de Sputnik V, Sinofarm y demás vacunas chinas va por este camino. Pero para que eso funcione se debían cumplir varias condiciones obvias: no podía existir un rival mejor.
Las vacunas basadas en ARN mensajero son una genial idea, una solución fantástica y tienen, especialmente, una calidad de fabricación muy superior cumpliendo todos los estándares (que son bastante particulares y finos) de occidente. La Sputnik V no.
Eso no significa que no funcione así que el arma de Putin es perfecta: funciona así que venga, se la repartimos a todos los países donde queremos tener influencia. Y no es para nada una mala estrategia.
Al mismo tiempo EEUU ha hecho todo lo posible para quedar como el país más egoísta y sorete del mundo al bloquear la exportación aun cuando su propia población ni se quiere vacunar. Empujando a muchos países a la debacle epidemiológica.
Si hubiesen tenido a alguien más inteligente a cargo hubiesen mirado a Putin y hubiesen liberado el 5% de su stock de a pequeñas tandas tan irrelevantes como las de 300k que envía Putin. Era un negocio geopolítico redondo. Pero no lo hicieron y no tengo puta idea de por qué no ven algo tan obvio. Vladimir la tiene clara.
Ni siquiera vacunó a su propia gente, Rusia tiene un 10% de vacunados con un dosis y 8% con dos dosis. Exportó cantidades de la primer dosis porque es fácil de producir pero ahora dejó en banda a países enteros porque la segunda dosis es más difícil de fabricar. No importa! Ensartó a medio mundo con una genial movida cuyo único fin es afianzar su poder exterior.
Localmente la idea funciona perfecto también, ahora tienen un aliado, suman a China y tienen el segundo, todos ex países comunistas (vamos, que China es más capitalista que nadie), recreando una especie de Guerra Fría pero del sub desarrollo.
Con esas primeras dosis es suficiente para hacerle creer a las masas que se "está vacunando" aunque no sirva de mucho. No importa, psicológicamente funciona mientras se espere la segunda dosis. Es más, ahora te tienen de las bolas esperando esa que nunca llegará a tiempo (porque se vencerá la primera dosis) pero a ellos no les importa porque ya vacunaron a toda su familia.
El objetivo son las elecciones legislativas. Para eso sirve todo esto. Así CFK, al final, puede asegurar su impunidad.
Dejar de comprar las que deberían haber comprado. 14 Millones de dosis de Pfizer a precio especial fueron dejadas de lado, se compraron las mínimas del fondo COVAX, no se negoció con nadie más que con China y Rusia.
El resultado es una falla catastrófica en el plan de vacunación, con fechas llegando a vencimiento y apenas el 5% de la población realmente vacunada. Digo "realmente" porque la primera dosis de Sputnik V no sirve para completar la protección de una persona (esto según el instituto Gamaleya) y 5% es muy poco.
Para lograr inmunidad de grupo, al menos, se debería alcanzar el 75%, supongamos que un 50% es un buen número, estamos lejos. Muy lejos.
Pero el único interés aquí fue jugar a ser el peón de la geopolítica de terceros, ser las "putitas" en un escenario que nos queda demasiado grande.
En 2019, cuando la gente votó en mayoría el actual gobierno, probablemente nadie esperaba nada de esto (menos la pandemia, claro), pero para muchos era un camino obvio (no el de la pandemia, cuac). Si de CFK a Macri había sido un giro directo hacia EEUU ¿Por qué uno iba a creer que no se volvería hacia Rusia apenas volviera CFK? Digo, Fernández era CFK y siempre se supo.
Ahora nos encontramos ante una interesante realidad donde las ratas defensoras del "modelo" vuelan a Miami a vacunarse pagando pasajes de medio millón de pesos porque pueden y la gran mayoría espera una vacuna que, si hacemos las cuentas, llegará en uno o dos años a este ritmo.
Y Putin está contento, bienvenidos al nuevo pacto de Varsovia, es 1970 de nuevo.
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