Impresionante. Una vida de aventuras realmente. ¿No han llevado esta historia al cine todavía?
La historia olvidada de Oskar Speck, el kayakista de larga distancia
No es una historia que haya sido muy conocida, ocurrió en un mal momento, no tuvo el mejor timing, pero el alemán Oskar Speck realmente realizó una pequeña gran hazaña, cruzó mares, territorios lejanos y unió varios continentes en kayak.
Si consideran alguna vez hacer un trayecto largo con un kayak difícilmente imaginen la travesía de Speck, de Alemania a Australia, si, leen bien, no es un viaje precisamente corto y es el último que harían con semejante ínfima embarcación, pero Speck no tenía dinero para otra cosa.
Y me refiero al mal momento elegido porque si bien Speck comenzó su viaje en 1932 tuvo la malísima suerte como para llegar a Australia ¡A dos semanas del comienzo de la Segunda Guerra Mundial! Claro, nadie le iba a dar crédito ¿Sería un espía?
La historia comienza en Ulm donde Speck vivía en gran pobreza, tenía 25 años, era 1932 cuando la gran depresión lo dejó sin su empleo como electricista en una fábricia, pero a esa altura ya era un kayakista reconocido. No le quedaba nada en su tierra natal y decidió emprender un viaje, uno bien largo, una de esas aventuras que ya no existen. 50.000 kilómetros de viaje hasta Australia.
No es que todo era búsqueda de aventura y nada más, más bien quería trabajar, así que emprendió un viaje en su kayak plegable "Sunnschien" hacia Chipre, varios miles de kilómetros de camino acuático desde su Alemania natal. Speck había modificado un kayak de la firma Pionier que más adelante se transformaría en su sponsor, lo modificó de doble a simple y utilizó el espacio sobrante para sus provisiones. Vendió todo y más un poco que le dieron los familiares se dispuso a viajar.
Su viaje comenzó en Ulm el 13 de Mayo de 1932, el kayak, un arma de fuego, una cámara, dos remos, pasaportes y algo de comida. Su camino fue el Danubio, la mejor forma de cortar por Europa por el medio, pero no fue un viaje desconectado, mientras viajaba seguía escribiéndole correspondencia a su familia.
Pasó por la frontera alemana-austríaca a Vienna, luego Hungría. Del Danubio pasó al Vardar, el primero le resultaba aburrido y quería algo más emocionante, Bulgaria, Yugoslavia, y en Macedonia donde tuvo que esperar cinco meses porque el río se había congelado. Luego llegó al Mediterráneo a la altura de Tesalónica, en Grecia, donde unos guardias lo apresaron y lo llevaron a su superior ya que no compartían idioma alguno. Al ver su visa griega lo terminaron invitando a tomar café y vino. Navegó por el Egeo se detuvo en Andros y lo recibieron en la playa, era Pascuas, lo llevaron a bailar, música, chicas y buen vino.
Siguió hasta Turquía y de allí hacia Chipre (les recuerdo que Chipre no se encuentra cerca de la costa, todo lo contrario!). Llegado a Chipre se dio cuenta (un poco antes más bien) que remar era mucho más interesante que quedarse atascado en una mina de cobre y decidió continuar viaje con destino incierto (eligió Australia por lo lejos que quedaba). Su nueva aventura lo llevó primero a Siria en donde tomó como nuevo camino el Eufrates (si, algunas partes las hizo por caminos de tierra llevando su kayak a bordo de vehículos o camellos, hasta el siguiente río) y esto lo llevó al Golfo Pérsico.
Algo inteligente que aprendió en este viaje fue a nunca rechazar una invitación de un lugareño para dormir. El riesgo de dormir a la intemperie y terminar como un cadáver en el desierto era muy alto pero aun con piojos e incomodidad el techo de un lugareño generoso era una oferta que jamás rechazaba y así, además, hizo amigos por todas partes.
Los árabes te invitan a sus casas y son muy amables, su hospitalidad vale oro, pero el mayor error es rechazarla. Dos alemanes colegas, mucho mejor equipados, se sumaron a la idea pero rechazaron la hospitalidad local. Amanecieron en sus carpas ejecutados. Sí, era un lugar bien difícil para recorrer. Speck hizo muy bien, según recuerda, en jamás rechazar a esta gente.
Su paso por Persia hasta Baloquistán lo hizo sufrir mucha hambre, presenció la vida en el golfo, la pobreza (no había explotación petrolera en la zona todavía, eso es más moderno), la compra de vidas y esposas, etc. Un día hasta perdió el bote al desembarcar en un acantilado. El corrupto policía local accedió a ayudar a su búsqueda cuando le dijo que en él había dinero. Lo encontraron al día siguiente y le dio la mitad de sus £80 al policía. Es que si algo no podía perder eran todos sus papeles, cámara, pasaportes, todo.
De ahí en más el camino por la costa de la India Británica (Pakistan e India) fue más concurrido, jamás pasó una noche en solitario porque en cada costa había un pueblo y como era la novedad, la cosa rara y distinta, todos se acercaban a Speck a conocerlo y ofrecerle hospitalidad.
Llegó a Colombo (Sri Lanka) el 13 de Mayo de 1935, habían pasado exactamente tres años desde su partida, aun con el Monzón aproximándose decidió llegar hasta Rangún (Yangon, Myanmar - Burma - Birmania, en esa época también colonia), de ahí bajar a Mergui pero el monzón efectivamente lo encontró a mitad de camino y el viento en contra lo devolvía para atrás casi perdiéndose en el mar.
En Singapur un nuevo kayak lo estaba esperando, al menos en casa ya era conocido por su viaje, y de allí partió a Sumatra, Batavia y siguiendo la costa de Java hasta Surabaya. En Bali sufrió malaria, enfermedad que lo acompañaría luego durante toda su vida, y luego de recuperarse un poco decidió tratar de llegar a Lambok.
Antes de llegar la malaria lo afectaría de nuevo, unos nativos de una isla tuvieron que cargarlo hasta el pueblo al verlo casi consumido por el dolor y el cansancio. En otro pueblo lo maltrataron y lo atacaron por la noche para robarle todo del kayak, ni siquiera tenía balas en la pistola, era para amedrentarlos, pero no sirvió de nada. Le robaron todo y lo golpearon duro, lo dejaron maniatado en una playa con su kayak y casi nada más. Los ladrones habían abandonado el depósito más grande creyendo posiblemente que sólo tenía agua allí, pero tenía la cámara, película y la mayoría de sus ropas.
Luego de escaparse logró alejarse una distancia segura para cuando vio las antorchas de los nativos volviendo al lugar donde lo habían dejado. Una noche horrible. Siguió camino hacia Sermata donde de casualidad estaba de visita el gobernador de Moluccas al que le contó su historia. Días después arrestaban al jefe de la banda y luego era condenado a seis años de trabajos forzados. Speck terminó en el hospital militar de Sourabaya para ser operado de un oído que le habían roto a golpes, pasó cuatro meses en recuperación.
Un año después siguió su viaje, cruzó las islas Kei, pasó Nueva Guinea y finalmente a un pueblo holandés, Daru, donde el oficial no sabía si arrestarlo o dejarlo pasar. Por suerte le dio permiso y siguió a Madang, Port Moresby, Saibai, la isla australiana más norteña.
Era Septiembre de 1939 y Speck llegó a la isla Thuesday, lo estaban esperando dos oficiales australianos. Primero que nada lo felicitaron por su hazaña pero inmediatamente después procedieron a arrestarlo. Había comenzado la Segunda Guerra Mundial y él no sabía nada de ello.
Oskar fue transferido a Brisbane y luego al campo de prisioneros de Tattura en Victoria del cual escapó en bicicleta junto a otro prisionero hacia Sidney. Luego quedó prisionero en el sur hasta el fin de la Guerra.
Lamentablemente para él la noticia de su llegada no ocuparía ningún titular, nadie se acordaría de su hazaña hasta que, con el tiempo y ya asentado en Australia, su historia empezó a ser conocida. En el campo de prisioneros no paraba de contar sus aventuras y allí diseñó una nueva máquina para pulir ópalos que le dio buenas ganancias en la posguerra.
De hecho, Speck no volvió a Ulm, se quedó a vivir en Australia donde se casó y vivió una próspera vida. Falleció en 1995 a los 88 años.
Fuentes: 1, 2, 3, y la última la super recomiendo porque es la historia contada por él mismo bastante más larga, claro
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Comentarios
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gorlok dijo:
Impresionante. Una vida de aventuras realmente. ¿No han llevado esta historia al cine todavía?
será porque no es anglosajón sino alemán aunque la de 13 años en el Tibet es una historia como esta y de un alemán también
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Estos alemanes locos abundaban antes de la WWII. La biografia de Gunther Plüschow es fantástica. Solo no se escapó de China y de Inglaterra de la forma mas audaz durante la primera guerra sino que se vino a Sudamérica en el cutter Feuerland (de su propiedad) llegando hasta Punta Arenas. Ademas se trajo un avión, siendo el primero en sobrevolar la cordillera Darwin y hacer filmar todo el recorrido. Se mato en el Brazo Rico en el Lago Argentino. "El condor de plata sobre Tierra del fuego" relata gran parte de la historia e incluye un dvd.
Por cuestiones del destino el Feuerland terminó en Malvinas, donde fue confiscado en el 82´. Roberto Herrscher fue conscripto y traductor asignado al barco. "Los viajes del Penelope" es un libro excelente donde narra la historia del barco y sus vivencias de guerra. En el 2006 el barco volvió a Alemania y se reencontraron ex combientes que compartieron el Penelope e incluso el antiguo propietario ingles se reunió con Herrscher.
Saludos!!
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Excelente historia. No tengo duda que el mundo de hoy es mejor que el de antaño. Pero siento mucha admiración por esos locos aventureros que se lanzaban a lo desconocido con un mínimo de recaudo.
Hoy hablaba con un amigo para ver si hacemos la travesía que todos los años va de Rosario a Victoria. Esa será mi pequeña aventura.
Saludos.
Mario.
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Fabio Baccaglioni dijo:
gorlok dijo:
Impresionante. Una vida de aventuras realmente. ¿No han llevado esta historia al cine todavía?
será porque no es anglosajón sino alemán aunque la de 13 años en el Tibet es una historia como esta y de un alemán también
7 años en el tibet