Znamya, el espejo espacial para tranformar la noche en día

Durante unas pocas horas de 1992 una segunda Luna iluminó los cielos, no duró demasiado y las nubes impidieron que muchos la vieran por donde pasó, pero allí estuvo y se llamó Znamya 2.

Este experimento de la Federación Rusa tenía como objetivo probar si era posible iluminar una región de la Tierra con un espejo y sí que funcionó. Tal vez para los que vivimos en latitudes cómodas no lo pensamos muy seguido pero para alguien que vive en regiones con noches larguísimas la idea de extender la iluminación desde el espacio puede llegar a ser tentadora.

Claro, la idea soviética (aunque fue lanzada luego de la caída de la URSS) iba más de la mano de hacer más productivo al país...

Puede parecer la idea de un villano de James Bond pero básicamente buscaban extender las horas del día en lugares donde apenas dura cuatro horas o menos, un poco más de luz serviría pero ¿Era posible importarla directamente del espacio?

El plan del ingeniero ruso Vladimir Sergeevich Syromyatnikov era aprovechar que el Sol sigue iluminando por más invierno o verano que tuviésemos en la Tierra, en órbita uno puede elegir el ángulo y reflejar dicha luz hacia la superficie aunque sea a una velocidad algo extrema cuando llegue, una luna que se moverá un poquito rápido, tanto como 8 km/s, sería un flash momentáneo pero la idea era probar si era factible.

Syromyatnikov había trabajado bajo las órdenes del gran Sergey Korolev y trabajó en el desarrollo del Vostok que en 1961 llevaría a Yuri Gagarin al espacio.

Fue el creador del sistema andrógino de conexión utilizado para unir a las Soyuz y las Apollo en 1970, un diseño que al día de hoy todavía se utiliza en la Estación Espacial Internacional (ahora estan empezando a usar uno nuevo) por parte de las Soyuz cada vez que llevan mercadería o astronautas a la estación, su sistema no ha fallado en más de 200 operaciones, era un ingeniero notable.

Para los años 80 su objetivo pasó a las velas solares, algo que al día de hoy se está tratando de hacer funcionar pero cuya idea no es nueva. Syromyatnikov quería ir por ese camino pero no así sus jefes quienes estaban más obsesionados en mejorar la productividad y las horas disponibles de trabajo en zonas árticas, por lo que aprovechó que esto podría ayudarlo a conseguir fondos y rearmó el concepto para usarlo como sistema de iluminación.

Lo interesante es que entre una vela solar y un gran espejo para reflejar el Sol no hay precisamente diferencias, eso mismo es una vela solar, así que el proyecto le serviría para poder probar sus propias ideas. Para 1988 ajustó el proyecto pero, como es bien sabido, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se desmoronó.

Aunque uno crea que todo se cayó hay algo que no se dio inmediatamente y se debe a la "inercia" institucional. Podrá caer el sistema de gobierno pero ¿Qué cuernos hacen los científicos? Siguen con lo que estaban haciendo hasta que se acabe el dinero, muchos proyectos perdieron los fondos pero algunos lograron sostenerse.

Considerando que el proyecto Znamya iba a dar luz en zonas remotas era algo que se seguía necesitando y el mismo Syromyatnikov creía que iba a ser para beneficio de la humanidad.

El diseño contaba con una vela solar de unos 20 metros de diámetro en el Znamya 2, uno de 25 metros en el Znamya 2.5 y al final uno de 70 metros en el Znamya 3. Luego de estas pruebas el plan era pasar a números mayores de hasta 200 metros que, en teoría, podían iluminar un pueblo entero y devolverlo al día con luz dirigida desde el espacio.

La luz reflejada sería unas 100 veces la de la Luna por lo que, si bien no era directamente lo mismo que tener el Sol en pleno día, era más que suficiente para darle una iluminación completa similar a la luz de los focos nocturnos. Como se imaginarán un sólo satélite no alcanzaría, se necesita una cadena de Znamyas sincronizados y a una altitud de 1700km.

Hacerlo realidad no fue nada fácil porque prácticamente no había con qué hacer algo nuevo, pero sí habían piezas y partes que habían sobrado así que se empezó a armar de cosas donadas por las distintas compañías que otrora habían sido los grandes estudios de diseño de la Unión Soviética.

El 27 de Octubre de 1992 como parte de la misión Progress M-15, sobre un Soyuz-U2 lanzado desde Baikonur, la Znamya 2 iba como carga menor en una misión a la estación espacial Mir. Como era la carga secundaria las autoridades rusas demoraron un buen tiempo el despliegue de la vela, recién para el 4 Febrero de 1993 lo autorizaron y cuando la Progress M-15 estaba a unos 500 metros de la Mir un motore eléctrico empezó a desplegarla.

Esto provocó que un rayo de luz que dejaba una zona iluminada de unos cinco kilómetros de diámetro llegar a la Tierra y, si eras afortunado, te iba a pasar rápidamente a 8 kilómetros por segundo, un reflejo, un flash, una pequeña luz en la oscuridad que algunos testigos pudieron presenciar.

La idea había sido probada con éxito y unas pocas horas después fue deorbitada y se quemó en la reentrada sobre Canadá, ahora era el turno de Znamya 2.5.

Pero los tiempos rusos cuando no hay presupuesto suelen alargarse demasiado, fue recién en 1998 que el proyecto avanzó aunque tuvo mucha oposición del ambiente científico que consideraba que cambiar la noche a día tendría un impacto ecológico importante.

Aun así para el 5 de Febrero de 1999 la Znamya 2.5 fue desplegada, esta vez, desde la Mir pero hubo un problema... la vela se enganchó en una de las antenas de la estación espacial y empezó a romperse. Al final terminaron descartándola y deorbitándola. Syromyatnikov trató de mantener vivo el proyecto impulsando el desarrollo de la Znamya 3 pero no tuvo suerte alguna.

El problema era la situación económica rusa, la Znamya 2 había costado alrededor de 10 millones de dólares en un país que se manejaba con sobrantes, rublos y mucho ingenio, para la Znamya 3 se necesitaban 100 millones, era imposible ya que un lanzamiento de Soyuz costaba unos 20M, haciendo las cuentas completas necesitaba un presupuesto de más de 350 millones, un programa que no iba a conseguir ningún sponsor en la ahora capitalista Rusia.

Syromyatnikov fallecio en 2006 cuando todavía trabajaba en los sistemas de conexión que tanta merecida fama le habían dado, pueden leer su última nota en el sitio de IEEE Spectrum donde cuenta cómo trabajaba.

Lo interesante es que su idea no ha muerto, para nada, las velas solares son investigadas por varios proyectos, el tema es que hoy existen sistemas de lanzamiento que antes no tenían y microsatélites baratos para enviar sin necesitar millones de inversión. Por otra parte la idea de concentrar energía solar y reenviarla a la Tierra sigue vigente en otras agencias.

El mayor problema de Znamya fue el colapso de una era, si hubiesen avanzado con el proyecto a principios de los 80 tal vez podrían haber obtenido algún resultado, pero la caída de la URSS fue demasiado para el sueño romántico de una noche iluminada.

Aquí les dejo video de lo que fue aquel despliegue de 1993:

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Comentarios

  • Danbat     11/03/2019 - 13:31:35

    Desde el primer momento me pareció un callejón sin salida. El desafío era (es) mantener la luz apuntando a un mismo lugar durante horas lo que se torna imposible si el espejo orbita. Se puede hacer una constelación de espejos que se vayan alternando, pero tendrías una infraestructura enorme para lugares muy puntuales. Se pueden alejar los espejos pero habría que hacerlos más grandes lo que hace aun más costosa la operación. Deberían moverse todo el tiempo y al estar alejados, tener aun más redundancia para soportar las fallas.

    • Fabio Baccaglioni     11/03/2019 - 14:53:28

      lo curioso es que ese era el plan final... aunque en realidad Syromyatnikov quería juntar guita para promover la vela solar y hacer un experimento más interesante que eso, pero Rusia, remember, había que convencer a los políticos :D

  • Diegol     11/03/2019 - 13:43:09

    Me recordó, salvando las diferencias, a esto: http://www.upsocl.com/viajes/conoce-rjukan-el-pueblo-noruego-que-pasa-seis-meses-sin-luz-natural-y-se-ilumina-con-espejos/

    • Fabio Baccaglioni     11/03/2019 - 14:54:06

      también hay unos pueblos en los Alpes italianos con el mismo sistema

  • Pen Pen     11/03/2019 - 14:30:08 Revisado: 11/03/2019 - 14:52:13

    A mi tambien se me vino a la mente ese pueblo, pero no recordaba donde era, se me hacia Alaska.
    Tambien inmediatamente recorde el capitulo de los simpsons, donde el Sr. Berns, en vez de iluminar, tapa la luz solar con un gran disco :D

  • Anónimo     11/03/2019 - 14:30:58

    Salvo que uses una orbita geoestacionaria, basicamente un satélite que visto desde la tierra esté ahí, fijo, sin movimiento aparente... aunque no sé que tan factible sea utilizar algo como este desde una orbita geoestacionaria. Y si desde esa misma órbita tienen acceso a luz solar.

    • Danbat     12/03/2019 - 12:52:52

      Es factible pero, como mencioné en mi comentario anterior, el espejo tendría que ser gigante. La órbita de Clarke está a 1/10 de distancia de la Luna. Para iluminar de igual manera el espejo debería tener 1/10 del "disco" de la Luna (~760 Km), aunque siendo material más reflectante y mejor apuntado el tamaño sería más reducido.

  • Damian Orozco     11/03/2019 - 17:58:39

    Me sorprende la velocidad de rotación, es así o esta acelerado el video???

  • José Zanni     28/03/2021 - 11:15:57

    Muy bueno el video del despliegue! una pena que no haya video del otro despliegue, el que falló... cuesta imaginar cómo es que se enganchó de la antena... ¿lo hicieron demasiado cerca??

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